Vida. Supongo que hasta hace poco yo no sabía el significado de esta gran palabra. Esos momentos en los que sientes alegría, rabia, tristeza, miedo e impotencia son los que te definen. Esos momentos en los que estás con las personas que más quieres, más admiras y más aprecias son los que hacen sentirte vivo. Este proceso no ha sido fácil, para nada. Al igual que todos, he tenido que superar multitud de obstáculos. Empecé con miedo, mucho miedo. Cada día me levantaba con una horrible sensación en el pecho. No sabía lo que hacer, estaba perdida. Solo quería estar sola, quería que todo lo que estuviera a mi alrededor desapareciera. Quería a todo el mundo lejos de mi, porque simplemente no sabía lo que estaba pasando. En mi caso, el ver a mi familia tan mal por mi situación, especialmente a mi abuelo, me tocó mucho, tanto, que dije: ”lo voy a intentar”. Y así fue como poco a poco fui superando mis miedos. La verdad, es muy difícil mirar atrás, al pasado, y entender el porque actuaste de una forma u otra. Todos aquellos momentos, agradables y desagradables, son los que me hicieron llegar a donde estoy ahora, sintiéndome más fuerte que nunca. Logré deshacerme de relaciones tóxicas, desaprendí lo aprendido, y trabajé en sanar mi pasado, cosa que a día de hoy sigo haciendo. Hay que mirar hacia delante, sin lamentarnos por lo que hicimos o no hicimos. Actuamos como supimos. Hay que perdonar y perdonarte, y empezar a amar. Amar a la vida, a las personas que nos quieren y nos cuidan. Hay que sentir y ser uno mismo sin que te importe lo que los demás digan o piensen de ti. Hay que ayudar a nuestros seres queridos al igual que ellos nos ayudan a nosotros. Me siento tan afortunada de poder ver la vida de una forma sana, sin rencores y sin odio. Porque lo que tenga que pasar pasará. Me siento tan afortunada de estar con mis seres queridos, de poder compartir momentos alegres y tristes, de poder disfrutar de cada una de las sonrisas, y comprender las lágrimas de cada uno de ellos. Me siento tan afortunada por haber logrado no odiar a la Ana del pasado, y por haberla entendido y comprendido. Me siento tan afortunada de poder disfrutar de una tarde con mis amigos. Me siento tan afortunada de poder estar escribiendo esto… Siento una paz interior que llevaba años buscando, pero que siempre estuvo en mi; simplemente yo no quería verla porque tenía miedo. Y es normal. La vida no es perfecta, ni la mía, ni la tuya, ni la de nadie, y cuánto antes lo aceptemos, más disfrutaremos de ella. No importa si te caes, las veces que haga falta te levantarás, y seguirás adelante. Porque aunque sea difícil todos podemos hacerlo. Porque el valiente no es aquel que no tiene miedo, sino el que lo supera con éxito. Hay que aprender a cuidarnos, aceptarnos y querernos tal y como somos. Porque si no te quieres a ti mismo, no podrás disfrutar nunca de nada ni de nadie. Recuerdo que una de las cosas que más me costó del tratamiento, fue esta, el quererme y apreciarme a misma. Lo más importante de tu vida eres tú, y el cómo te valoras te ayuda a estar mejor contigo mismo y con los demás. Es un trabajo durísimo, que require mucho esfuerzo, pero si yo lo he conseguido, estoy segura que tú también lo conseguirás. Al igual que yo lo hecho, ¿porque tú no puedes?. Déjame decirte, que yo también he estado en tu lugar, y he vivido una situación parecida a la tuya. Sé perfectamente cómo te sientes. Yo también tuve momentos de “no puedo”, o “no soy capaz”, pero te prometo que eso no es así, todo es una mentira, que usas para protegerte del miedo, y sé que es así, porque como he dicho antes, yo también he pasado por allí. Al igual que se, y tú también, que el primero en verlo tienes que ser tú. Simplemente, cuando estés preparado, enfréntate al miedo; te juro que no te arrepentirás, al igual que yo no me arrepentí. De hecho, fue la mejor decisión de mi vida. Por fin puedo decir que estoy en el camino de llegar a tener una vida sana y feliz, sin permitir que una enfermedad me controle. Porque aunque creamos que el cuerpo perfecto, o la vida perfecta existe, no es verdad, todo es una ilusión irreal; es algo que por más que queramos NUNCA lo llegaremos a tener; siempre vamos a querer más y más. Le buscaremos el mínimo ”error” a cualquier cosa. Y así no se puede ser feliz, ni vivir una vida sana. Yo pude vencer el miedo, y podré vencer los que tendré, porque confío en mi. He aprendido tantas estrategias y herramientas durante el proceso de sanación de mi TCA, que siempre me acordaré de esta experiencia. Y como me dijo una amiga, siempre quedarán los recuerdos que tenemos juntos. Agradezco todo el apoyo a la gente que me quiere y me aprecia. Vosotros, tanto terapeutas como compañeros, me habéis ayudado muchísimo a entender y comprender mucho mejor este problema; os estaré eternamente agradecida. Te prometo que todos nosotros algún día veremos esa luz al final del túnel que tanto necesitamos. Porque después de la tormenta siempre sale el sol.
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